“El 8-M entra en campaña”. Asumida otra movilización masiva, la derecha aprovechará este año para corregir el error del anterior: no concebir el discurso feminista como ajeno (y dejarse excluir o excluirse). El PP secundará la manifestación (después de días hablando de una presunta “ideología de género”) y Cs tratará de desmarcarse de Vox con un nuevo ideario. Pero el PSOE se frota ya las manos porque capitalizó antes la insignia del Gobierno de mujeres (aplacando así a Podemos).