“Aislar a la derecha”. Sánchez se marchó de BCN con el techo de gasto aprobado (y quizás luego los presupuestos para resistir hasta 2020) mientras Torra obtuvo parafernalia escénica y literaria (igual para que ‘parezca que’) en el texto consensuado. Así, la derecha se inflamó al creer que el Gobierno legitima al soberanismo usando su retórica (pero la distensión podría ser una forma de generar un clima de opinión que frene la ‘voxización’, que daña al PSOE). Pues ni independentistas quieren otro Estatut, ni Sánchez va a ofrecer su referéndum. Y las municipales están cerca, donde el Govern lidiará con una crisis de frustración de sus bases.