Pedro Sánchez hace un guiño a las generaciones socializadas después de la Transición (y a los ‘indepes’) al impugnar los vestigios del franquismo. Además, se cura en salud mediante esperar al acuerdo con la familia para exhumar a Franco (y evitar el precedente Sanjurjo, aunque por muchos motivos, ese caso era distinto). Y lo más relevante: la derecha no hace ‘casus belli’ del tema.