De la táctica ‘schmittiana’, que pasa por el combate del ‘otro’ al verlo un enemigo, pasamos a la ‘gramsciana’, de seducción del diferente. El Gobierno intenta atraer a ‘indepes’ instrumentales ofreciendo un proyecto de más autogobierno y regeneración del Estado (exhumación de Franco, intolerancia con la corrupción…). Y Torra no se levanta de la mesa, pese a la frustración de la base.