Al sistema judicial del país más poderoso de Europa le ha tocado valorar sobre una imbricada cuestión en Puigdemont, que fundamenta el procesamiento por rebelión al Govern: ¿Estuvo el 1-O marcado por un carácter de violencia? En caso afirmativo, sería Alta Traición, ergo extradición. Si negativo, el revés para España sería de calado.